Eran las 5,30 de la mañana, amanecía en Amman en un día que se antojaba soleado y caluroso, pero hoy no visitaríamos la capital, si no que nos quedaba por delante un largo viaje hasta la legendaria ciudad de los nabateos, Petra. Pero antes de irnos visitaríamos en la más absoluta soledad una de las mezquitas más bellas de Amman, la Mezquita del Rey Abdullah, conocida también con el nombre de Mezquita de la Cúpula Azul, por los bellísimos mosaicos de color azul turquesa que decoran su cúpula.
PERO, QUÉ HACÍAMOS EN AMMAN A ESAS HORAS Y SIN DORMIR...
Os pongo en situación, habíamos llegado de madrugada al aeropuerto de Amman y no nos quedó otra que esperar hasta las 3 de la mañana, la hora de salida de un bus local que nos acercaría hasta una estación perdida de la mano de Dios en el norte de la ciudad. A la llegada, en vez de escoger la opción más sensata que era esperar en la estación a que amaneciera, pero una vez allí y ante el acoso de los taxistas que incluso se llegaron a subir al bus y el cansancio acumulado, previo regateo, decidimos coger un taxi que nos acercó por las calles vacías del centro de Amman hasta la estación de Abdali , en el trayecto el conductor nos hizo una exhibición de cómo se puede conducir utilizando dos móviles a la vez, buscando fotos de jugadores del Barça, hasta nos puso el himno y todo...
El problema vino a continuación, nos encontramos con que estaba todo cerrado, en la calle no había ni un alma y era noche cerrada aún, asi que dónde podíamos esperar hasta que abriesen las taquillas de la oficina del Jett bus a Petra, el único lugar abierto a esas horas era el Hospital Islámico, que contaba en su interior con una pequeña tienda, con máquina de café y comida. Así pasamos como pudimos una noche bizarra difícil de olvidar, en compañía del chico de la tienda, que se quedaba dormido cada poco y de la fauna que pululaba por los muy sucios suelos del hospital, os podéis imaginar lo peor...mientras en la tele retransmitían cómo los peregrinos daban vueltas a la Kaaba de uno de mis lugares soñados, La Meca. Y por fin llegó las 5, 30 de la mañana, hora en que abrían las taquillas de la estación de autobuses de Abdali para comprar el billete a Petra.
LA MEZQUITA DEL REY ABDULLAH, QUÉ BELLEZA !!!
A quince minutos andando de la estación se encuentra la Mezquita del Rey Abdullah, a pesar del cansancio y del poco tiempo disponible para que saliera el bus, no me quería ir sin visitar la Mezquita, no sabía si estaría abierta a esas horas, tampoco recordaba si los no musulmanes eran bienvenidos a su interior, pero lo que sí tenía claro es que no me iba a ir de Amman sin al menos acercarme hasta la entrada e intentar visitarla. Mientras Ali esperaba en la oficina de la estación, caminé por las desiertas calles de Amman a paso ligero y decidido y por fin me encontré cara a cara con la Mezquita, construida con líneas sencillas, utilizando la combinación del color azul y blanco en su exterior y en la que destaca su impresionante cúpula azul. No puedo describir con palabras la emoción que sentí, me encontraba completamente sólo delante del majestuoso edificio. Delante de mis ojos se alzaba su impresionante y hermosa cúpula decorada con mosaicos de color azul turquesa, flanqueada por dos minaretes. Por un momento, pensé que estaría cerrada, pero no, había una puerta abierta y no iba a desaprovechar la ocasión de poder visitarla en total soledad.
La Mezquita fue edificada en homenaje al fundador de la dinastía hashemita, el Rey Abdullah Bin Al-Hussein. Construída en dos fases, los trabajos comenzaron en junio de 1982, finalizándose la segunda fase en abril de 1989.
La nave de la Mezquita tienen un área de 1615 m2, con capacidad para 3.000 fieles, es de planta octogonal y está cubierta por una gran cúpula azul. Sus muros de piedra se distinguen por no tener pilares.
Considerada una obra maestra de la arquitectura árabe, el diseño de la Mezquita se centra en el verso del Corán " Alá es la luz del cielo y de la tierra".
En el patio o sahn con soportales para proteger a los fieles del calor y con capacidad para 6.000 personas, siguiendo la antigua idea del rezo al aire libre, en sus paredes están grabadas versículos del Corán. En el sahn, además de la fuente de las abluciones donde los fieles se lavan antes de rezar y de los dos minaretes, donde el muecín llama a la oración cinco veces al día, destaca una segunda cúpula también de color azul turquesa, aunque de menor tamaño que la principal.
Después de descalzarme, entré casi a hurtadillas en la sala de oración, una sensación extraña,difícil de explicar, se apoderó de mi, había visitado hasta la fecha un buen número de mezquitas en varios países musulmanes, pero nunca había estado en una mezquita en la que no hubiese nadie, en soledad disfruté de la belleza de su interior, sobre la moqueta de color rojo se alzaba una amplia lámpara y sobre ella la bóveda que sostiene la hermosa cúpula profusamente decorada, apoyada en una base decorada con vidrieras multicolores. Admiré todos los elementos característicos de la arquitectura islámica, como la pared conocida como quibla que indica la dirección hacia donde los musulmanes deben dirigir sus rezos, la Meca, para distinguirla de otros muros de la mezquita en la quibla se abre el mihrab, un pequeño nicho en la pared y que indica hacia dónde deben rezar los fieles y a su derecha el mimbar, a semejanza del púlpito cristiano y lugar donde predica el iman de la mezquita.
No había tiempo para más, aún así en el exterior me quedé unos minutos absorto por la belleza de la cúpula azul y casi a la carrera me dirigí nuevamente a la estación, donde nos esperaba un bus que nos iba a llevar a la mítica Petra, pero eso ya es otra historia y vaya historia... !!
El problema vino a continuación, nos encontramos con que estaba todo cerrado, en la calle no había ni un alma y era noche cerrada aún, asi que dónde podíamos esperar hasta que abriesen las taquillas de la oficina del Jett bus a Petra, el único lugar abierto a esas horas era el Hospital Islámico, que contaba en su interior con una pequeña tienda, con máquina de café y comida. Así pasamos como pudimos una noche bizarra difícil de olvidar, en compañía del chico de la tienda, que se quedaba dormido cada poco y de la fauna que pululaba por los muy sucios suelos del hospital, os podéis imaginar lo peor...mientras en la tele retransmitían cómo los peregrinos daban vueltas a la Kaaba de uno de mis lugares soñados, La Meca. Y por fin llegó las 5, 30 de la mañana, hora en que abrían las taquillas de la estación de autobuses de Abdali para comprar el billete a Petra.
LA MEZQUITA DEL REY ABDULLAH, QUÉ BELLEZA !!!
A quince minutos andando de la estación se encuentra la Mezquita del Rey Abdullah, a pesar del cansancio y del poco tiempo disponible para que saliera el bus, no me quería ir sin visitar la Mezquita, no sabía si estaría abierta a esas horas, tampoco recordaba si los no musulmanes eran bienvenidos a su interior, pero lo que sí tenía claro es que no me iba a ir de Amman sin al menos acercarme hasta la entrada e intentar visitarla. Mientras Ali esperaba en la oficina de la estación, caminé por las desiertas calles de Amman a paso ligero y decidido y por fin me encontré cara a cara con la Mezquita, construida con líneas sencillas, utilizando la combinación del color azul y blanco en su exterior y en la que destaca su impresionante cúpula azul. No puedo describir con palabras la emoción que sentí, me encontraba completamente sólo delante del majestuoso edificio. Delante de mis ojos se alzaba su impresionante y hermosa cúpula decorada con mosaicos de color azul turquesa, flanqueada por dos minaretes. Por un momento, pensé que estaría cerrada, pero no, había una puerta abierta y no iba a desaprovechar la ocasión de poder visitarla en total soledad.
La Mezquita fue edificada en homenaje al fundador de la dinastía hashemita, el Rey Abdullah Bin Al-Hussein. Construída en dos fases, los trabajos comenzaron en junio de 1982, finalizándose la segunda fase en abril de 1989.
La nave de la Mezquita tienen un área de 1615 m2, con capacidad para 3.000 fieles, es de planta octogonal y está cubierta por una gran cúpula azul. Sus muros de piedra se distinguen por no tener pilares.
Considerada una obra maestra de la arquitectura árabe, el diseño de la Mezquita se centra en el verso del Corán " Alá es la luz del cielo y de la tierra".
En el patio o sahn con soportales para proteger a los fieles del calor y con capacidad para 6.000 personas, siguiendo la antigua idea del rezo al aire libre, en sus paredes están grabadas versículos del Corán. En el sahn, además de la fuente de las abluciones donde los fieles se lavan antes de rezar y de los dos minaretes, donde el muecín llama a la oración cinco veces al día, destaca una segunda cúpula también de color azul turquesa, aunque de menor tamaño que la principal.
Después de descalzarme, entré casi a hurtadillas en la sala de oración, una sensación extraña,difícil de explicar, se apoderó de mi, había visitado hasta la fecha un buen número de mezquitas en varios países musulmanes, pero nunca había estado en una mezquita en la que no hubiese nadie, en soledad disfruté de la belleza de su interior, sobre la moqueta de color rojo se alzaba una amplia lámpara y sobre ella la bóveda que sostiene la hermosa cúpula profusamente decorada, apoyada en una base decorada con vidrieras multicolores. Admiré todos los elementos característicos de la arquitectura islámica, como la pared conocida como quibla que indica la dirección hacia donde los musulmanes deben dirigir sus rezos, la Meca, para distinguirla de otros muros de la mezquita en la quibla se abre el mihrab, un pequeño nicho en la pared y que indica hacia dónde deben rezar los fieles y a su derecha el mimbar, a semejanza del púlpito cristiano y lugar donde predica el iman de la mezquita.
No había tiempo para más, aún así en el exterior me quedé unos minutos absorto por la belleza de la cúpula azul y casi a la carrera me dirigí nuevamente a la estación, donde nos esperaba un bus que nos iba a llevar a la mítica Petra, pero eso ya es otra historia y vaya historia... !!
Gracias por esa magnifica forma de contar vuestros viajes,lo vivo de tal manera que parece que los hago yo misma.
ResponderEliminarPor aquí seguiremos,me encanta!
Besines
Ana, muchas gracias por tus palabras, de verdad !!!
EliminarBesines
Un post genial. Enhorabuena. :)
ResponderEliminarMuchas gracias, Mónica.
EliminarSaludos
Una entrada fantástica!! Yo estuve en Ammán las Navidades de 2011-2012 con mi madre, visitamos toda Jordania y fue un viaje absolutamente maravilloso, enriquecedor e inolvidable. Gracias por compartirlo. Me ha encantado tu entrada, un beso,
ResponderEliminarTrini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
Gracias, Trini !!
EliminarMe alegra que el post te traiga buenos recuerdos. Jordania es un país que deja huella.
Un beso.
La mezquita es una maravilla. A mí me encantó el anfiteatro y el zoco, en general la ciudad antigua.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, María Teresa.
EliminarAmman es una ciudad que merece la pena ser visitada, a pesar de que muchos viajeros la ignoran. El anfiteatro, la ciudadela, los zocos, las mezquitas y sobre todo la sonrisa y amabilidad de sus gentes.
Un abrazo
Estás siguiendo mis trazos del viaje que hice en Abril de este año, es cierto que es todo una maravilla la Mezquita del Rey Abdulla, nosotros la vimos por la tarde y estaba bastante vacía también.
ResponderEliminarEstupendos tus viajes
Gracias, Pilar !!
EliminarLa mezquita del Rey Abdulla es preciosa, con la cúpula de color azul turquesa, inolvidable visitarla en soledad.
Saludos.
Qué suerte que pudieras visitar la mezquita!! Espero ansiosa la entrada de Petra, otro de mis destinos soñados!
ResponderEliminarGracias, Verónica.
EliminarEn breve, un post muy especial sobre Petra la ciudad legendaria de los nabateos.
Saludos
La mezquita sin duda espectacular! Increíble!
ResponderEliminarGracias, María.
EliminarNunca olvidaré la visita a la mezquita de la cúpula azul.
Saludos
¿Y dices que el bus a Petra es otra historia? Pues anda que la de esa noche...!! jejeje Vaya tela, no me quiero imaginar lo que pasaríais allí, en el Hospital islámico. No dormiríais nada, ¿no?
ResponderEliminarPor lo menos te llevaste la estampa de la mezquita en total soledad grabada en la memoria.
Un saludito ;)
Helena, la verdad que fue una noche toledana, difícil de olvidar...pasar la noche en el único lugar abierto, que era un hospital islámico, imposible de dormir y más con la fauna que pululaba por el suelo...
EliminarSaludos.
Vaya noche toledana que pasásteis!! menos mal que tuvo su recompensa y pudiste disfrutar un rato a solas de la mezquita, eso es impagable. Genial entrada. Un saludito!
ResponderEliminarGracias, Caliope !!
EliminarNo me podía ir de Amman sin visitar la mezquita, me daba lo mismo perderme, ir a la carrera o lo que fuere...
Saludos
Qué bonita la mezquita!!! Y qué suerte poderla disfrutar a solas!!! Entonces no dormistéis nada en cuántas horas????
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Carmen.
EliminarFueron dos días sin dormir, pero no pasa nada, cuando se va con pocos días no queda otra que optimizar el tiempo.
Un abrazo.
Menuda nochecita.... pero así somos los viajeros, al mal tiempo buena cara porque estamos descubriendo nuevos mundos para nosotros.
ResponderEliminarGracias, Cool.
EliminarQué razón tienes, son gajes del oficio de viajero, pero todo merece la pena.
Saludos
Bonitas fotos de la Mezquita, me han encantado, pero no más que tu historia, vaya que aventura de noche. A ver cuando leo lo de Petra que no creo que tenga desperdicio. Felicidades por el post. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias y bienvenida a El mundo a tus pies !!
ResponderEliminarEn breve, un relato muy especial sobre la ciudad de Petra.
Saludos
Desde luego Jordania tiene lugares fantátisco y hay que reconocer que la mezquita del Rey Abdullah luce de maravilla.
ResponderEliminarEn los viajes está claro que el dormir es algo secundario, hay que aprovechar el tiempo jeje
Realmente una maravilla el estar allí Un disfrute! Y...cuántos recuerdos!
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