El año que se nos va, en Viajes

30 diciembre 2019

A punto de finalizar el año 2019, una vez más echamos la vista atrás y hacemos memoria de todos los viajes que hemos realizado durante este último año, recordándolos con nostalgia y cariño porque cada uno de ellos es un trocito de El mundo a tus pies. En estos doce meses hemos viajado con todos los amigos de El mundo a tus pies a sitios tan diferentes como...




Comenzamos el año en la provincia de Alicante, en Cala de Finestrat, tiempo de sol, cañas y relax, y pensando en los grandes viajes que íbamos a realizar a lo largo de este año.



A principios de marzo, nos estaba esperando una de las grandes aventuras viajeras de 2019, Sri Lanka, un país que nos dejó una profunda huella, la sonrisa y amabilidad de sus gentes, su naturaleza desbordante que lo inunda todo, creando paisajes inolvidables, desde los verdes campos de té, las terrazas de arroz, paisajes montañosos o llanuras de una vegetación exuberante y tropical. Pero no sólo es naturaleza, posee un patrimonio histórico-artístico inmenso, fruto de su rico pasado que ha dejado huella en muchos de los lugares que hemos visitado.



En el mes de mayo, nos estaba aguardando Transilvania , en Rumanía, una naturaleza serena de llanuras verdes que por momentos se volvía más accidentada según nos acercábamos a los Cárpatos, salpicada de pequeñas aldeas en las que las escenas rurales se repetían, caballos y vacas pastando en las praderas y rebaños de ovejas guiados por su pastor, mientras en el campo los campesinos se afanaban en trabajar la tierra de forma totalmente manual, estampas cotidianas que bien podían protagonizar una postal.  Transilvania, tiene fortalezas e iglesias y sus pueblos conservan bellas ciudadelas que encierran en sus murallas un casco histórico medieval, con un entramado de calles empedradas que se distribuyen en torno a la plaza central que concentra iglesias, ayuntamiento y palacios. Pero Transilvania siempre estará ligada al nombre de Drácula, inspirado en la figura de Vlad Tepes, el príncipe de Valaquia que habitó estas tierras y pasó fugazmente por el mítico castillo de Bran.



Llegaron los meses de estío, y con ellos una nueva escapada internacional a Polonia, nuestra ruta nos ha llevado desde ciudades poco conocidas como Katowice, en Silesia, una ciudad muy ligada a su pasado industrial, vinculado a la minería, sin apenas poso histórico, hasta Wroclaw, más turística, con su casco antiguo cuidado en torno a su monumental Plaza del Mercado y con una prestigiosa Universidad de la que han salido varios premios Nobel, sin olvidarnos de la Isla de la Catedral, a la que se accede cruzando uno de los numerosos puentes sobre el río Oder. Y en este viaje hemos descubierto la tradición popular polaca de los duendecillos que luchan contra la mala suerte, que hace que el centro histórico de Wroclaw esté salpicado de estas simpáticas figuritas de bronce. Estas dos ciudades sintetizan lo que hemos vivido en este viaje, dos ciudades diferentes que ofrecen distintos atractivos y sensaciones viajeras.



Durante el mes de julio, nos escapamos a Zamora, paseamos por la ciudad del románico, su cuidado centro histórico, salpicado de plazas con encanto, miradores con vistas al Duero, iglesias románicas llenas de historia y calles empedradas que conducen a la Catedral.



En agosto, nos estaba esperando otro de los grandes destinos del año, Vietnam, que nos dejó imágenes inolvidables, sus paisajes fascinantes de rocas kársticas emergiendo entre los bellos arrozales de Tam Coc, o entre las aguas del río Rojo en Trang An, mientras navegas en una barca explorando las cuevas que se han ido formando a lo largo de los siglos, una experiencia mágica que vuelves a vivir al visitar la conocida bahía de Halong, un laberíntico paisaje marítimo que se sucede entre islotes, rocas, cuevas y pequeñas calas. Y del protagonismo del agua, ha nacido el Teatro de Marionetas de Agua, representado antaño en los arrozales, ríos y lagos, hoy día se ha convertido en un interesante espectáculo ambientado con música tradicional vietnamita, un remanso de paz y tranquilidad, en pleno corazón del bullicioso y ruidoso Barrio Antiguo de Hanoi.



Y finalizamos el año con un nuevo destino en el Sudeste Asiático, Taiwán, recorrimos la isla hermosa de norte a sur, desde Taipei a Kaohsiung, a bordo de un tren de alta velocidad, una forma cómoda y rápida de moverse. Un paisaje urbano de rascacielos y grandes ciudades que se divisaba desde la ventanilla del tren, cuando reducía su velocidad en las escasas paradas del trayecto, intercalado entre un paisaje rural de extensas llanuras verdes que se sucedían vertiginosamente.



Y, ¿ cómo se presenta el año 2020 ?, os preguntaréis, intentaremos que sea un año muy, muy viajero, pero el tiempo lo dirá...
Un abrazo y ¡¡¡ Feliz 2020 !!!

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