La Petite France de Estrasburgo, uno de los rincones con más encanto y más hermoso de la ciudad, salpicado de románticas casas con entramado de madera de los siglos XVI y XVII, en colores blanco y negro, al típico estilo renano, antaño residencia de los gremios de Estrasburgo y hoy reconvertidos en hoteles con encanto y restaurantes donde degustar la rica gastronomía alsaciana. Declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1988.