El Templo de Beomesa, espiritualidad en los montañas de Busan

08 febrero 2021

Alejado de la bulliciosa ciudad de Busan, en el lado este del Monte Geumjeongsen, se encuentra uno de los templos más bonitos e importantes de Corea el Templo Beomesa, un santuario budista ubicado en plena naturaleza, su paz y tranquilidad invita a la meditación. El templo de Beomesa fue fundado por el monje Ui Sang en el año 676 durante el reinado de Silla. Gravemente deteriorado durante la invasión de Japón en el siglo XVI, fue posteriormente restaurado en el año 1613.

templo beomesa


No hay que caminar mucho desde que te deja el bus para ascender por la escalinata de piedra, que atraviesan las tres puertas de acceso al recinto y que conducen el templo, la primera puerta, llamada Iljumun, destaca por su singularidad, cuatro pilares que sujetan el peso, a diferencia de las puertas que son habituales en Corea del Sur, de dos pilares. Continuamos ascendiendo hasta la segunda puerta, Cheonwangmun, protegida por guardianes de gran tamaño, que lo resguardan y alejan de los malos espíritus. Atravesamos la tercera puerta para acceder al santuario budista.
templo beomesa
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Uno de los atractivos del Templo de Beomesa, es la posibilidad de vivir la experiencia de alojarte una noche en el templo. Hay tres opciones : la más completa, denominada experiencia, participas en la rutina del monasterio, charlas con los monjes y asistes a las diferentes ceremonias que se celebran, precio 80.000 KRW. La segunda opción se denomina vida libre, a diferencia de la anterior, se interactúa menos con los monjes, pero también participas en las ceremonias budistas, 60.000 KRW. Y la tercera opción consiste en visitar el templo sólo durante el día, participando en la ceremonia del té, 30.000 KRW.



En un ambiente de paz y tranquilidad, lejos del mundanal ruido de Busan, paseamos por los coloridos pabellones del bello templo budista, ricamente decorados en su interior y exterior, enclavado en un entorno de verde naturaleza, a diferencia del Templo Haedong Yonggungsa , que habíamos visitado anteriormente y que se encuentra emplazado sobre un acantilado que se precipita al mar. La serenidad sólo se ve alterada momentáneamente por el encantador tintineo de las campanas, que convoca a la celebración de una ceremonia budista. 
templo beomesa
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La forma que escogimos nosotros para visitar el Templo de Beomesa desde Busan, fue la siguiente : primero tomamos la línea de metro 1, color naranja parada en la estación de Beomesa, salidas número 5 o 7. Una vez en el exterior, subimos por la calle donde veremos la parada de bus número 90, que te deja a pocos metros del templo.



Destaca en el templo de Beomesa su pabellón principal, Daeungjeon, construido durante la dinastía Joseon, con su lujosa y delicada arquitectura budista. En su interior, el altar se encuentra presidido por una imagen de Buda acompañado por dos bodhisattvas. Llama la atención la rica ornamentación del travesaño del artesonado del pabellón, decorado  con cabezas de dragones y de duendes que bailan alrededor.
templo beomesa
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No podemos finalizar la visita al templo Beomesa sin admirar la antigua pagoda de piedra, de tres niveles construida durante el reinado de Silla, años 826 al 836, así como la linterna de piedra de la dinastía Silla, que formaba parte del templo original y los magníficos pabellones de la campana y del gong, que nos recordaron a los visitados en el Templo Jogyesa en Seúl, la capital de Corea del Sur.
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