A una hora en metro desde el centro de Seúl se encuentra Suwon, después un bus te acercará desde la estación de metro hasta el centro, la Puerta Paldalmun. Desde aquí es fácil llegar a una de las entradas a la Fortaleza Hwaseong que rodea la ciudad fortificada, Patrimonio de la Humanidad, un paseo que bordea la ciudad y que puedes recorrer total o parcialmente, utilizando los diversos accesos que se reparten a lo largo de la muralla. Si te sobra tiempo puedes visitar el antiguo Palacio Real, en el centro de la ciudad.
DE SEÚL A SUWON, CÓMO LLEGAR
Desde el centro de Seúl, la cosmopolita capital de Corea del Sur, decidimos tomar el metro en un viaje de 1 hora, que nos iba a acercar a Suwon, capital de la provincia de Gyeonggi y conocida por conservar, en muy buen estado, la Fortaleza Hwaseong, de más de 5 km que envuelve la ciudad. Aunque algunas partes de la fortaleza fueron dañadas durante la época colonial japonesa y la guerra de Corea, fue reparada y restaurada y en 1997 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Una vez se sale del metro, hay la opción de tomar un bus local, que en 10 minutos te acerca a la majestuosa Puerta Paldalmun, la puerta sur de entrada a la fortaleza. La bella puerta, bien conservada, fue construida a finales del siglo XVIII durante el reinado del emperador Jeongjo.
Desde Seúl podemos tomar el tren, más rápido, o la línea de metro, 1 hora, para llegar a Suwon. A la salida del metro, hay una oficina de turismo, donde puedes conseguir un plano de la ciudad. Enfrente de la oficina está la parada de autobuses para ir hasta la Puerta Paldalmun, números 11, 13, 36 o 39, precio 1300 wons. Nosotros a la ida tomamos el bus y a la vuelta regresamos caminando, algo más de media hora hasta la boca del metro.
UNA EMPINADA CUESTA NOS ACERCA AL TRAMO SUR DE LA MURALLA
A pocos metros de la Puerta Paldalmun, una calle estrecha conduce a la taquilla de entrada, 1000 wons, donde comienza el tramo sur de la muralla, una empinada cuesta escalonada, que trepa por la montaña. Ascendimos por la torre sur, conocida como Namchi, que desempeñaba funciones defensivas, haciendo retroceder al enemigo, a la vez que servía para ocultarse de él y como atalaya desde la que se observaba el avance de las tropas enemigas.
La Fortaleza Hwasong en Suwon, construida por el emperador Jeongjo, de la dinastía Joseon, a finales del siglo XVIII para trasladar la tumba de su padre, el príncipe Sado a Suwon, rodeándola de una impresionante fortificación, 5,7 km de longitud. El trabajo fue encomendado al arquitecto Jeong Yak-Yong, que supo combinar a la perfección elementos occidentales y orientales en materia de arquitectura militar, diferenciándola de otras fortalezas coreanas.
VISITANDO LA FORTALEZA HWASEONG QUE RODEA EL CENTRO DE SUWON
Pero, el tiempo no acompañaba, la lluvia, el calor húmedo, aconsejaba cambiar de rumbo y retroceder sobre nuestros pasos, tomamos el camino que atraviesa la calle comercial y el mercado, que conduce a otra de las entradas de la fortificación, evitando la dura subida y visitar el tramo de la Fortaleza que rodea al centro de Suwon, de más fácil acceso.
Recorrimos parte de la Fortaleza Hwaseong, acompañados de una fina lluvia. La impresionante Fortaleza está delimitada por cuatro puertas de entrada emplazadas en los puntos cardinales, destacan dos de ellas, Janganmun en el norte y Paldalmun en el sur, dos bellas construcciones de dos plantas en madera, bellamente decoradas, levantadas sobre una base de piedra, bastiones y torres de artillería. Caminamos con calma, observando los detalles de las diferentes construcciones, las bellas puertas de entrada, los puestos de vigilancia, las torres de observación y los pabellones, ricamente tallados y donde se puede hacer un alto en el camino para reponer fuerzas y recrearse con las excelentes vistas de la parte antigua de Suwon, antes de reanudar la ruta.
En lo alto de los muros de la fortificación penden banderas de diferentes colores que marcan las cuatro direcciones. Por un momento, nos sentimos como guardianes de la dinastía Joseon, en el papel de protagonistas de la historia.
Paseamos tranquilamente y en solitario por la muralla, aunque el tiempo no acompañaba, pespunteada de torres de observación, puestos de mando, plataformas donde se lanzaban flechas al enemigo, bastiones y bunkers, asomándonos a los numerosos miradores para contemplar las hermosas vistas de Suwon.
EL ANTIGUO PALACIO REAL DE SUWON
Dentro de la magnífica fortaleza de Hwaseong se encuentra Hwaseong Haenggung, el antiguo Palacio Real, de la dinastía Joseon, está considerado como uno de los mejores Palacios temporales. Cuando el emperador Jeongio se encontraba en la ciudad se celebraban en su interior banquetes y audiencias reales. Sufrió graves daños durante la época colonial japonesa, pero fue restaurado y abierto de nuevo en octubre de 2003. De ejecución más modesta y de dimensiones más reducidas que los que pudimos admirar en Seúl, alberga cierto interés y merece una visita si se dispone de tiempo.
No hay que caminar mucho para llegar al Templo Daeseungwon, donde llama la atención la impresionante figura de Buda, enmarcada por la montaña y que se levanta hacia el cielo de Suwon.
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