Paseando por los Arribes I

14 mayo 2011

LLEGADA A LA CIUDAD DE MIRANDA DO DOURO Y CRUCERO POR LOS ARRIBES







Llegando a la frontera el paisaje se hace más frondoso
   El fin de semana del 7 al 8 de mayo nos escapamos hasta la ciudad portuguesa de Miranda do Douro para visitarla y hacer el crucero ambiental que partía de la estación biológica internacional del Duero, que se encuentra a sólo dos kilómetros de la ciudad.
  Según te vas acercando a Miranda do Douro el paisaje va cambiando, se hace más frondoso, con árboles frutales, tierras cultivadas, rebaños de ovejas pastando y hasta toros de lidia. Después de atravesar la antigua frontera, de la que aún queda una vieja caseta, nos dirigimos hasta la Estación Biológica Internacional donde compramos los billetes, 20 euros por persona para hacer el trayecto "largo" y que además tenía el aliciente de que hacía un desembarco en el camino en el área temática del valle del águila. También hay la opción de un trayecto más corto y sin parada que costaba 16 euros. Con los billetes recién sacados, nos dirigimos hasta la ciudad en un trayecto de poco más de cinco minutos, pero con una carretera con numerosas curvas.



Retama, amapola y los Arribes

  
    Llegamos a nuestro alojamiento en la Rua do Mercado 7,  Residencial Flor do Douro http://www.flordodouro.com/ que por sólo 35 euros teníamos una amplia habitación doble con baño y una pequeña terraza exterior , también incluía un buen desayuno y además disponía de wi-fi gratis. Más no se puede pedir.


Nuestra habitación

Pareja de Mirandeses en Largo D. Joao III

   Posteriormente, nos acercamos hasta el centro de la ciudad que quedaba a poco más de cinco minutos andando desde nuestro alojamiento, para estirar un poco las piernas y  tener el primer contacto con la ciudad, la visita a fondo la dejaríamos para el día siguiente. Nos encaminamos por la Rua Mouzinho de Alburquerque, antigua Rua de la Alfondiga hasta el Largo don Joao III donde además de los diferentes edificios que componen la plaza nos llamó la atención un grupo escultórico formado por una Pareja de Mirandeses y en la que el hombre viste la capa de honra o  parda típica de esa zona. Eran utilizadas por personas de gran nivel económico, pero también por pastores para protegerse del frío y la lluvia del crudo invierno, en este caso eran capas menos trabajadas. La escultura realizada en bronce es obra de Jose Antonio Nobre, fue inaugurada el 25 de febrero de 2006 y sobre la base hay una placa con versos de Antonio Barbolo Alves.


Las capas de honras en un taller cercano


     Después nos dirigimos hasta el Largo Da Sé, donde además de encontrarse la Catedral, hay una Mirador desde el cual se tienen unas excepcionales vistas de los Arribes del Duero.




Vista de los Arribes desde el mirador
 
   

Entrada a la Estación Biológica Internacional Duero

     Y llegó la hora de acercarse hasta la Estación Biológica Internacional, para realizar el Crucero Ambiental por los Arribes del Duero http://www.europarques.com/ . El barco discurre por un profundo cañón formado hace más de trescientos millones de años, que conduce las aguas del río entre acantilados de granito formados por la erosión del agua, con alturas superiores a los doscientos metros. Atraviesa dos parques naturales, el Parque Natural Arribes del Duero en territorio español y el Parque Natural do Douro Internacional en Portugal.
La embarcación está acristalada, dispone de ciento veinte plazas, con una cubierta interior y dos terrazas una en proa y otra en popa. Ha recibido varios reconocimientos internacionales, como el 1º Premio Nacional de Turismo de Portugal 2008 y la Medalla Nacional al Merito 2009.



El barco llegando al  embarcadero



Nido de cigueña negra situado en el centro, a la derecha de la grieta

    Laura, nuestra guía, iba explicando en español y en portugués y de una manera muy amena, la flora y la fauna que íbamos viendo durante el recorrido. El primer punto de interés que nos indicó fue el pozo de las nutrias y aunque nos pareció ver algo de color oscuro flotando, nos explicó que es un animal que es muy complicado de observar y que vive en la  oscuridad. A continuación, pudimos observar  un nido de cigueña negra que actualmente está deshabitado. Luego, la encina centenaria, que tiene doscientos años de vida y que no se sabe cómo puede sobrevivir sobre el acantilado, anclada sobre una roca.


Los paisajes son espectaculares

Encina centenaria

  Y llegó uno de los momentos más esperados del crucero, el avistamiento de aves, sobrevolando el acantilado observamos una pareja de buitres leonados.


Pareja de buitres leonados
 
Cabañas donde guardaban las cabras


    Llegamos posteriormente al área temática del valle del águila donde desembarcamos, tuvimos que pasar por una alfombrilla para desinfectar los zapatos, ya que están repoblando el área con conejos. Laura nos fue explicando cómo hasta no hace mucho tiempo, los lugareños cultivaban en bancales en esta zona, debido a la fertilidad del suelo ,  a pesar de ser un terreno abrupto y de díficil acceso, pero aquí conseguían cultivar productos que eran inviables en la superficie como vid, almendros y naranjos. También tenían ganado, debido a la orografía del terreno las cabras eran los únicos animales que se adaptaban. Las cabras las  guardaban en cabañas y los  chivos en cabañas más pequeñitas llamadas chiviteras. A fin de impermeabilizar el techo usaban la retama verde para construirlo. También nos enseñaron un panal de abejas que utlizaban para la producción de miel y nos explicaron como los construían y se elaboraba la miel . Aprovechamos la parada para contemplar  la flora de la zona, retama y cardos, todo ello con unas excelentes vistas de los Arribes y además el sol ya hacía acto de presencia. 

Con retama y vistas al cañón

La flora, cardo

Volviendo al barco

Cascada de invierno

   Subimos al barco y continuamos la travesía, mientras seguiamos escuchando detenidamente las explicaciones de Laura, así vimos la cascada de invierno y un nuevo nido de cigueña negra deshabitado pero no  abandonado. Nos adentramos luego en el área del águila real. Laura nos comentó a los presentes que cabía la posibilidad de que viésemos una pareja de águilas reales que habitan la zona, pero dependía de la suerte, de repente en lo alto del acantilado pudimos ver el majestuoso vuelo de la pareja de águilas reales !!

La pareja de águilas reales
 
Vistas de la roca


Vista del cañón desde proa

    Posteriormente, llegamos al área temática del paso de las estacas, ruta de los contrabandistas, donde antiguamente los contrabandistas arriesgaban su vida para pasar de un lado a otro café, tabaco y máquinas de coser. Al final del recorrido de ida, a lo lejos pudimos observar en lo más alto la Ermita de Sao Joao. Y llegó el momento en el que el barco tuvo ya que dar la vuelta, a mitad de camino, Laura nos comentó que podíamos salir a las terrazas del barco, tanto a proa como a popa, desde los cuales las vistas de los Arribes son impresionantes !!



Ali en la popa del barco

En la cubierta del barco

Bruxia con Laura

    Llegamos a tierra después de dos horas de crucero, que se hiceron cortas y todavía nos estaba esperando una desgustación de vino de Oporto, blanco y tinto, muy buenos los dos . A continuación, conocimos a un buho real, hembra, de año y medio de edad, Bruxia, que todavía se estaba adaptando al entorno, ya que llevaba poco tiempo en la estación biológica. Con unos ojos color naranja muy llamativos nos cautivó a todos con su mirada. Nos explicaron que es una especie que es difícil poder ver hoy en día en la naturaleza y de esta forma quieren darla a conocer y que podamos conocerla un poco mejor.




Ali degustando el vino con Bruxia al fonfo

Ali, Bruxia y yo

   
     Después de haberlo pasado genial en el crucero, nos fuimos a saborear un buen café  en un bar de Miranda y posteriomente a cenar, degustamos en el Restaurante O Mirandés uno de los platos típicos del lugar, la posta mirandesa, compuesto de un taco de carne de ternera de raza mirandesa, patatas, arroz y pimientos  que costaba trece euros, también se podía tomar media posta por diez euros. Después de un día muy intenso, dimos por finalizada la jornada.

Posta mirandesa

6 comentarios:

  1. VIctor ,¡Qué buen fin de semana habeis pasado y como me alegro!.Ya he visto y leido en tu fantástico relato todas la maravillas de la naturaleza y culinarias que habeis disfrutado.
    La ruta que habeis hecho es un plan perfecto para pasar un fin de semana diferente.
    Un beso para ti y para ALi.

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  2. Hola Pury,

    Gracias por tu comentario.
    Coincido contigo, la escapada a Miranda do Douro con crucero incluído es un plan perfecto para un fin de semana, eso sí acompañado de buen tiempo.
    Un beso.

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  3. Hola Victor,

    Estáis que no paráis!! Que buena pinta tiene esta escapada. Cuando estuve la última vez por Zamora, estuvimos a punto de ir, pero al final no lo hicimos. Tengo muchas ganas de conocer esa zona.

    Por cierto, como le ha crecido el pelo a Ali!!

    Un besazo para los dos.

    Carol

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  4. Hola Carol,

    Gracias por tu comentario. Miranda do Douro está muy cerca de Zamora, a menos de una hora y la carretera es buena, es un buen plan combinar ambos sitios con el crucero ambiental.

    Un beso.

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  5. Hacía ya tiempo que teníamos en mente hacer este viaje, incluso habíamos mirado el barco que sale de Aldeávila de la Ribera, pero creo que después de tanto esperar acertamos. Lo pasamos genial durante los dos horas largas que duró el crucero, atentos a todas las explicaciones de la guía y mirando con curiosidad a ambos márgenes del río, para ir descubriendo toda la flora y fauna que ofrece. Y después, bajar a tierra y poder conocer a Bruxia, me encantó.Y por supuesto también me gustó el vino de Oporto, que por un momento me hizo recordar el viaje a Oporto y la visita que hicimos a una de sus bodegas. Vamos,una tarde muy completa que no acabaría aquí, nos quedaba una buena cena y un paseo por el casco antiguo de Miranda.
    Un besazo

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  6. Hola Alicia !!

    Sí que se hizo esperar la escapada hasta Miranda do Douro para hacer el crucero, siempre que mirábamos el tiempo para ir un finde, daban malo, pero valió la pena la espera.
    El crucero estuvo genial, también conocer a Bruxia, el vino de Oporto, degustar la comida típica de la zona, la posta mirandesa...todo salió genial !!

    Un beso.

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