El Templo Haedong Yonggungsa, espiritualidad a la orilla del mar

05 febrero 2019

El Templo Haedong Yonggungsa en Busan, uno de los santuarios más bellos de Corea del Sur por su emplazamiento privilegiado que lo hace único, colgado sobre un acantilado que se precipita hacia el mar, unas escaleras jalonadas por un pasillo de linternas de piedra nos conducen al templo, mientras comienza a sonar un mantra acompañado del sonido de las olas al romper contra las rocas, que te envuelve...

Templo Haedong Yonggungsa



El Templo Haedong Yonggungsa fue fundado en el año 1376 por el gran profesor budista Naong durante la dinastía Goryeo. Reconstruido posteriormente en 1970 prestando especial atención a los colores que eran usados tradicionalmente en cada estructura del templo.

Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa



Desde Busan tomamos un bus local que nos iba a dejar en la carretera, a pocos minutos del templo. El camino que conduce al santuario, está salpicado de sorprendentes farolas con cabeza de dragón de las que pende un farol y esculturas relacionadas con la filosofía oriental y el budismo como las curiosas estatuas que representan los doce signos zodiacales y una singular figura mitológica con cuerpo de tortuga y cabeza de león, que nos indica el camino a seguir para llegar al templo.

Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa




Para llegar en transporte público al Templo desde Busan, hay que tomar la línea de metro 2 hasta la estación Haeundae, salida 7 y luego el bus 181, bajando en la parada de bus Yonggungsa Temple. Es conveniente advertir al conductor que te diriges al templo para que te avise donde tienes que bajarte. El horario de apertura del templo es de 5 de la mañana hasta el atardecer.




Una bella pagoda es la antesala de las escaleras, jalonadas de un pasillo de linternas de piedra, que nos conducen al templo. Descendemos con emoción los escalones, y de repente emerge delante de nuestros ojos la icónica imagen del bello Templo, colgado sobre el acantilado.

Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa



Durante la celebración del día de Año Nuevo, multitud de locales lo visitan para contemplar el primer amanecer del año. En el mes de abril, las flores de cerezo abren sus pétalos dándole aún mayor hermosura al templo.






El Templo Haedong Yonggungsa está emplazado junto al mar, lo que le dota de un encanto especial, ya que al contrario de la mayoría de los santuarios en Corea del Sur, están ubicados en la montaña.

Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa



Atravesamos el pequeño puente, que conduce al hermoso templo, estructurado en varios niveles y salpicado de pequeñas pagodas, imágenes de Buda y de Bodhisattva,  lo que provoca la sensación de estar visitando varios templos a la vez, los detalles se cuidan al máximo, las ofrendas inundan el templo y no queda espacio para la imaginación,  disfrutando cada momento de la intensa visita  Y siendo testigos de las ceremonias y rituales que se organizan, a diario, en el templo por los monjes y por los fieles.

Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa
Templo Haedong Yonggungsa



Luego, comenzamos a alejarnos para observar desde la distancia el bello Templo, a pocos metros se ubica un mirador al borde del mar, desde el que se tienen las mejores panorámicas del Santuario, mientras cae la luz del atardecer, comienzan los cánticos budistas, suena un mantra, que se funde con el relajante sonido de las olas rompiendo contra las rocas, dejarse llevar...

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