De Nápoles a la costa amalfitana II

16 julio 2012

VISITA A POMPEYA Y A LA COLINA DEL VÓMERO

 
     Pompeya, era una próspera colonia romana, que pasó a la historia el 24 de agosto del año 79 d.C. al ser sepultada bajo un manto de cenizas y lavas por la inesperada erupción del volcán del Vesubio. Pero, los orígenes de la ciudad se remontan unos siglos atrás,  entre finales del siglo VII a.C. y la primera mitad del siglo VI a.C. con la construcción de la primera muralla de la ciudad. Fue en el año 80 a.C. cuando se convirtió en colonia romana, llamándose Cornelia Veneria Pompeyaanorum, construyéndose edificios públicos y privados durante la época de los emperadores Octaviano Augusto y Tiberio. Pompeya, al igual que toda la zona vesuviana, sufrió un fuerte terremoto en el año 62 d.C., la ciudad fue reconstruída sin demora, pero cuando aún no habían finalizado las obras,  la catástrofe final llegó con la erupción del Vesubio en el año 80 d.C.
Tuvieron que pasar mil quinientos años, hasta 1592, cuando  la ciudad fue casualmente descubierta por la construcción de un canal. Pero, las excavaciones no comenzarían hasta 1748 por orden del rey Carlos III de Borbón y así continuaron hasta casi la actualidad.

Vista de Pompeya


     
     Para llegar a Pompeya, cogimos la línea de tren del circumvesubiano, 5,20 euros por persona, ida y vuelta, que en treinta minutos nos dejó en la parada de Pompeya Scavi, a pocos metros de la entrada. El precio de la entrada para acceder al recinto son 11 euros. Enfrente del quiosco donde te facilitan las audioguías, se encuentra una pequeña oficina, donde te puedes hacer con un plano y una guía detallada, ambas gratuítas, donde te sugieren tres tipos de itinerarios, de dos horas que fue el que nosotros escogimos, aunque al final se convertirían en más de tres hora al visitar sitios de interés que estaban fuera del programa pero que nos quedaban cerca en el recorrido sugerido, uno de medio día y finalmente de día entero.

Recreación de un cuerpo cubierto por la lava y las cenizas

   

      Iniciamos la visita en la Puerta Marina, una de las siete puertas de la ciudad, que junto con la de Herculano eran las más importantes de Pompeya. Puerta Marina constaba de dos entradas, una para personas y otra para animales y carros, que conducía al centro de la ciudad. El nombre de la puerta se debe a que aquí nacía la ruta que llevaba al mar. Las murallas que se conservan en Pompeya son del siglo VI a.C. y tienen una extensión de 3 km.

Al fondo Puerta Marina


   

La Basílica
      Continuamos caminando por Pompeya, bajo un sol de justicia, hacia la Basílica, uno de los edificios civiles más importantes, sede del tribunal de justicia y donde se realizaban las transacciones comerciales. Con planta rectangular y con tres naves, fue construído en la segunda mitad del siglo II a.C. dentro de una planificación urbanística, para dotar a la ciudad de edificios monumentales.

El Templo de Apolo
       Nuestra siguiente parada fue el Templo de Apolo, el templo más antiguo de Pompeya, junto con el templo Dórico, construído en torno al siglo VI a.C. La estructura actual del templo es del siglo II a.C. El edificio combina elementos itálicos y griegos. Y así llegamos a la plaza principal de la ciudad, el Foro, donde se situaban los principales edificios religiosos, políticos y económicos de la ciudad. Por el mismo no podían circular los carros.

Paseando por el Templo de Apolo


El Foro




      Mientras intentábamos encontrar una sombra donde cobijarnos del sol y del calor, llegamos a Aedes Genii Avgvsti, el Templo consagrado a Vespasiano. Estaba siendo reconstruído, cuando se produjo la erupción del volcán. Lo que más nos gustó fue el altar de mármol blanco, en perfecto estado de conservación, situado en el centro del templo, que escenifica el sacrificio de un toro, característico del culto imperial. Se cree que el sacrificio que se representa en la escena, escenifica  la inauguración del templo. El templo se consagró a Octaviano Augusto y posteriomente al emperador Vespasiano.

Altar en Aedes Genii Avgvsti



Frescos en las termas
     Nuestro siguiente alto en el camino fueron las curiosas Termas del Foro, construídas sobre el año 80 a.C., siguiendo el modelo de las termas de Estabia, que junto con las termas Centrales, eran una de las tres termas de la ciudad. Disponían de secciones para hombres, mujeres, piscinas y gimnasio y eran muy utilizadas por los habitantes de Pompeya, se cree que la hora del baño era a  primera hora de la tarde. Lo más interesante de la visita, no fueron las instalaciones termales en sí, de las que apenas quedan restos, si no los bellos frescos y la decoración de la bóveda con bajorrelieves de estuco, que forman recuadros geométricos y figuras mitológicas.

Bajorrelieves de estuco en la bóveda



Figura de bronce a la entrada de la casa
     A pocos metros de las Termas, se halla una de las mansiones más emblemáticas de Pompeya, la Casa del Fauno, con una superficie de 2970 m2, es la mansión más amplia de Pompeya. Fue edificada en el siglo II a.C., aunque posteriormente fue reformada. Al entrar en la casa nos sorprendió la figura de bronce de fauno del siglo II a. C, por su pequeño tamaño, situada en el estanque y cuyo original se encuentra en Nápoles. También nos llamó la atención los hermosos mosaicos de la mansión, en buen estado de conservación, vigilada al fondo por la omnipresente figura del Vesubio.

Casa del Fauno


    

    
Frescos en la Casa de la Caza Antigua
    En la visita a Pompeya nos encontramos con una decepción,  el inesperado cierre por reforma de conservación, no figuraba ni en la guía ni en el plano, de algunas de las más importantes mansiones de Pompeya, como la de Vettii, la de los Amorcillos Dorados y la de la Caza Antigua, aunque en esta última pudimos echar desde la distancia y a través de la verja de la entrada,  una mirada a los frescos que decoran la casa.
Destaca por su buena conservación, la Panadería de Popidius Priscus, el cual residía en la casa de al lado, administrándola por medio de un liberto, esclavo manumitido. La panadería contaba con un horno de leña, similar a los que existen en la actualidad y las muelas, donde se molía el trigo y que aún se pueden apreciar perfectamente.
Panadería de Popidius Priscus



Frescos en el lupanar
     Con un calor agotador, llegamos a una de las instalaciones más curiosas de Pompeya, el Lupanar, uno de los burdeles de la ciudad. Era el mejor organizado de Pompeya y construído sólo con esa finalidad, a diferencia de otros que se construían en el piso superior de las tiendas. Después de hacer una considerable cola pudimos acceder a su interior, en él destacan los frescos con motivos eróticos que decoran las instalaciones y las camas que aún se conservan en cada una de las habitaciones. El lupanar fue construído pocos años antes de la erupción del Vesubio.

Frescos con motivos eróticos


   

Teatro Grande
     Caminamos por vicolo del Lupanare y vía del Teatri hasta el Teatro Grande, del siglo II a.C. se aprovechó una cuesta natural para construir el graderío con forma de herradura. Durante el periodo de Augusto se amplió la capacidad hasta los 5.000 espectadores. Fue junto con el Odeón el principal equipamiento de ocio de la ciudad. A pocos metros se sitúa el Odeón o Teatro Pequeño, que para nuestro gusto se conserva más auténtico que el Teatro Grande. Fue levantado en el año 80 a.C., durante los primeros años en que Pompeya fue colonia de Roma. Disponía de una cubierta que le daba una magnífica acústica.


Odeón o Teatro Pequeño


    

     Para visitar el último punto de interés de nuestro recorrido, llegamos a una de las vías principales de Pompeya, y a partir de ese momento tuvimos que caminar entre las hordas de turistas que atestaban el recinto. Coseguimos hacernos un hueco para entrar en las Termas de Estabia, las más antiguas de la ciudad, del siglo II a.C., aunque con posteriores reformas. Hicimos un recorrido por las instalaciones termales, mejor conservadas que las que visitamos anteriormente, hasta pudimos distinguir en las paredes del vestuario los huecos para las taquillas,  mientras admirábamos la decoración de estuco policromado, con motivos figurativos y mitológicos. Con la visita a las termas decidimos dar por finalizada la visita a Pompeya.

Estupo policromado en las termas de Estabia



    
Colina del Vómero con el Castillo de San Elmo
     Ya al atardecer y para tener las mejores vistas de Nápoles, subimos a la Colina del Vómero, donde se asientan la Cartuja de San Martino y el Castillo de San Elmo, que dominan la ciudad. Para llegar hasta lo más alto cogimos el funicular de Montesanto. El funicular hace dos paradas en un recorrido de diez minutos, salvando una empinada pendiente. Hay que bajar en la última parada Morghen y seguir las indicaciones hacia el castillo. Paseamos por el barrio de Vomero,  nos llamó la atención la tranquilidad, la limpieza y las bellas mansiones del barrio.



Ali con el funicular


   

Cartuja de San Martino
     Llegamos a la Cartuja de San Martino, con su característico color blanco visible desde cualquier punto de la ciudad. fue fundada en 1325 por Carlos el Ilustre, pero debido a la complicada orografía los trabajos continuaron hasta 1368. Las antiguas dependencias de la Cartuja albergan en la actualidad el Museo Nacional de San Martino. Por la hora que era, nos quedamos con las ganas de acceder a su interior.


Vistas de la ciudad



   
Vistas desde la colina del Vómero
     Completa el conjunto el Castillo de San Elmo, constuído en 1329 por orden de Carlos de Anju, bajo los restos de una antigua torre de origen normando. Pero, nuestro interés en subir a la colina no era por el Castillo o por la Cartuja, si no por las vistas que se tienen desde el amplio mirador situado a los pies de la Cartuja. Las vistas son soberbias, la ciudad, la bahía, el Vesubio...Y así,  mientras escuchábamos la algarabía provocada por los goles de Italia sobre Alemania, cogimos nuevamente el funicular, dando por finalizado nuestro segundo día en tierras napolitanas.



Nápoles al atardecer, con la silueta del Vesubio al fondo

25 comentarios:

  1. Completísima entrada. Por un momento me he traslado a Nápoles, y las vistas desde la colina impresionantes.

    Un saludo.

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    1. Hola Davestraits,

      Gracias por tu comentario.

      Las vistas desde la colina del Vómero eran muy chulas, merece la pena subir en el funicular.

      Saludos.

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  2. Una entrada genial ... Me encantó pompeya ... pero eso sí, recuerdo un tremendo calor.

    Es tan perfecta la ciudad que no cuesta mucho trasladarse a la época en la cual las calles estaban repletas de vida verdad?...

    Un gran "museo" ... volveré.

    Un saludo.

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  3. Qué buenos recuerdos de Pompeya! Fue un sueño hecho realidad y la verdad es que no me defraudó en absoluto :-)

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    1. Hola Artabria,

      Gracias por tu comentario.

      Me alegra que el post te haya traído tan buenos recuerdos.

      Saludos.

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  4. Excelente información compañero!!! Adoro Nápoles desde que fui hace más de 15 años. Ese caos, esa pillería y esa alegría de la gente. Y esa comida , como no!! Y Veo que Pompeya sigue igual de espectacular!! Un abrazo

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    1. Hola Fran,

      Gracias por tu comentario.

      Nápoles tiene su encanto, como bien dices el caos, la comida...lo hacen muy peculiar.

      Un abrazo.

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  5. Aiiiiii, uno de mis sueños desde pequeña, visitar Pompeya!!! Lástima que tuvierais que visitarla bajo el sol abrasador y que os encontrarais algunas estancias cerradas, así ya tenéis excusa para volver!!! Un abrazo. ;-)

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    1. Hola Babyboom,

      Gracias por tu comentario.

      Los días que visitamos el sur de Italia, nos hizo todos los días sol y mucho calor, pero lo llevamos bastante bien. Fue una lástima las mansiones que estaban cerradas en Pompeya.

      Un abrazo.

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  6. A mí Pompeya me encantó. Pero con lo de Nápoles me das una envidia que no veas, jejeje. Tengo que encontrar momento para volver y echar un vistazo a esos lugares que se me quedaron pendientes.
    Un saludo ;)

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    1. Hola Helena,

      Gracias por tu comentario.

      Helena, Nápoles te puede enamorar o bien defraudar, pero no te deja indiferente...a mi sí me gustó.

      Saludos.

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  7. Tengo unas ganas enormes de ir a Pompeya desde hace años y se me está resistiendo!!! Y con este post, me entran muchas más ganas de ir, aunque sea ahora y pase tanto calor como vosotros!!!! No sabía que se podía llegar tan bien en transporte público. Me lo apunto para cuando tenga ocasión de ir.
    Es una pena que hubiera sitios cerrados por conservación, pero en este tipo de sitios creo que suele ser frecuente.
    Un abrazo

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    1. Hola Carmen,

      Gracias por tu comentario.

      Una de las ventajas de visitar Pompeya desde Nápoles es que está muy bien comunicado en tren con el circumvesubiano, en treinta minutos te deja a pocos metros de la entrada.

      Un abrazo.

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  8. Preciosa Pompeya, tu relato nos ha hecho revivir el recorrido que hicimos por estas ruinas. Un día muy provechoso.
    Saludos.

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    1. Hola cincuentones,

      Gracias por vuestro comentario.

      Qué bien que el relato os haya traído tan buenos recuerdos !!

      Saludos.

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  9. Para mí visitar Pompeya es también un objetivo a corto plazo. Desde muy pequeña tengo este nombre grabado en la cabeza por lo que me contaba mi abuelo. A principios de los 60, mis abuelos hicieron un viaje a Italia en tren. Visitaron maravillas del país como Roma o Florencia pero creo que lo que más les impactó fueron las ruinas de Pompeya.

    Un abrazo

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    1. Hola María Teresa,

      Gracias por tu comentario.

      Me ha gustado la historia que te contó tu abuelo sobre el viaje a Italia. Yo también recuerdo a mis abuelos, ya fallecidos hace años, que viajaron por toda Europa en coche o incluso visitaron países tan lejanos como el Japón...

      Un abrazo.

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  10. Siempre he querido visitar Pompeya, y será un destino de futuro.Seguiremos pendientes de toda novedad pues esta zona de Italia no conocemos y nos servirá de ayuda.

    Saludos.

    Javier y Deborah

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    1. Hola Deborah y Javier,

      Gracias por vuestro comentario y bienvenidos a El mundo a tus pies.

      El próximo relato que será publicado la próxima semana, tratará principalmente de la visita al volcán del Vesubio.

      Saludos.

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  11. Pompeya es una maravilla. En otros yacimientos tienes que imafina cómo serían las cosas, aquí la imaginación se pone en marcha nada más para imaginarte la vida en la ciudad, lo demás está todo, hasta los pompeyanos. Me ha encantado la entrada, me encantaría volver a Pompeya. Las vistas desde la colina son preciosas.
    Un saludo!

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    1. Hola Caliope,

      Gracias por tu comentario.

      Me alegra que el post te traiga buenos recuerdos de la visita a Pompeya. El paseo por el barrio del Vómero con el Castillo y la Cartuja, y en especial las vistas que se tienen desde el amplio mirador situado en la explana de la Cartuja, merecen mucho la pena.

      Saludos.

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  12. Precioso relato Victor!!
    Muy bonita Pompeya...
    Un besín ,para los dos.
    Ana.

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    1. Muchas gracias, Ana !!

      Qué bien que te haya gustado el relato !!

      Un besín.

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  13. Tenía los billetes este otoño para viajar a Nápoles, Pompeya, Capri, y c. Amalfitana y tuve que cancelarlo todo. Espero poder ir pronto, después de leer este post me quedo aún con más ganas de ir .
    Saludos viajeros!!

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    1. Gracias, Regina.

      Siento que hayas tenido que cancelar los billetes del viajero. Pero, seguro que pronto conocerás esta zona de Italia, que merece mucho la pena.

      Saludos.

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